Vaya semana pasada hemos tenido los madrileños, de un lado
nos quitan sin ningún tipo de anestesia a Ozil y de otro el sueño de sede olímpica
se desvanece en la ronda preliminar. Menos mal que los callos y el cocido madrileño no nos lo quita ni dios.
Pego un tiro al aire en forma de pregunta para tratar de explicar
esta tercera posición.
El Príncipe de Asturias Don Felipe, lava imagen de la corona
y vende una España sofisticada y envuelta en la sábana olímpica, argumentando
que él sabe lo especial que son unas olimpiadas, porque él mismo fue deportista
olímpico. Me gustaría saber si le quitaran el tratamiento de alteza si hubiera
sido igual de olímpico, pero bueno ese no es el debate.
Dentro de lo que cabe salvo algo los muebles, con soltura
hizo un buen manejo de los idiomas que habla, españoles podemos estar contentos,
nuestro dinero ha servido para algo.
El siguiente paso al batacazo olímpico es la intervención de
nuestra alcaldesa, Ana Botella. Cuyo
inglés y pronunciación ha provocado grandes risotadas entre nosotros, cuando lo
único que me provoca es absoluta preocupación de cómo esa figura nos
representa. Pero claro es lo que tiene la democracia del dedo, señora Botella
el traje rojo que se puso le vino muy grande, y no hace falta ser modisto para
darse cuenta de ello, ni política ni culturalmente llega usted a la solapa de nuestros
competidores.
Pero señores ¿ qué esperamos? internacionalmente junto con
Italia, Grecia y Portugal encabezamos la lista de la crisis. Aquel "Spain
is different" is differente en que cada día hay más casos de corruptos
entre nuestros políticos, is differente en que cogemos trincando a un tesorero
y más menos nos da igual, son vacaciones y nosotros los españoles cerramos el chiringuito
y nos vamos a la playa, embutidos con la suegra y la sombrilla. Is different
si, es muy diferente comparado con el resto de la civilización europea.
Como española me decepciona nuestra imagen, que no se
asemeja en nada a nuestras grandes figuras. Rafa, Gasol, Iniesta, Alonso,
Mireia, Olazabal forman parte de nuestras felices tardes de domingo. Aquellas
en las que otro Roland Garros viene para Manacor, España, aquellas en las que
de un punta pie de uno de Albacete va y mete un gol y nos hace campeones del
mundo a todos nosotros, los españoles. Por ellos me siento muy orgullosa y por
todos siento mucha lástima de que por una vez no puedan jugar en casa.