Quisiera
saber si al final compré aquella casa con palmera, como te prometí y si en la
pared santa de la cocina esta grabado la receta del bizcocho de mi madre.
Quisiera
saber si alguna noche la pasaré contigo, bajo un sol artificial y sobre el
empedrado de la calle Machín.
Quisiera
saber que fue de aquellos compases tan obscenos, que a mi tanto me gustaba
agitarme con ellos.
Quisiera
saber si por fin pasaron de moda las chicas guapas y los altos de nariz grande
ondulan nuestras sonrisas.
Quisiera
saber si encontraste lo que buscabas o estas hecho de pedacitos de un mediocre
y te vidrian los ojos al recordarla.
Quisiera
saber si aun te tengo debajo de la almohada.
Quisiera
saber si seguiré contemplando tu cuerpo pasado de años entre mis sabanas y si
el alba me traerá la única forma de la que se mirarte.
Quisiera
saber si le sume horas de vuelo a mi pasaporte y alcancé más allá de las Antípodas.
Quisiera
saberte, mis luceros si conseguí enseñarte a prohibir todo aquello que yo hice
mal.
No
quisiera lo sé, no soltaremos las san cervezas de vez en cuando y tu seguirás
llamando olivas a las aceitunas.
Ignorante
es el destino de tantos quisieras, que no los quiero saber.